martes, 7 de febrero de 2017

Para ganar hay que regodearse

Ya tengo un poco más claro lo que tengo que hacer
ocurre como en la historia de Aviones
para ganar a veces hay que volar alto
no basta con ser el más rápido
Hoy voy a hablar sobre el regodeo


Para cuando escribí la novela sabía de la necesidad de este concepto: el regodeo. Si vas a contar una historia no te puedes dedicar a decir lo que pasa y ya está, hace falta pararse en los detalles y en cómo se cuentan dichos detalles. Hace falta que la gente sienta un cierto encanto o atracción por lo que se cuenta. Efectivamente, ese tipo de mecanismo para hacer que haya encanto dentro de la literatura es algo que estuve investigando de muy pequeño..., y habría que remontarse incluso a mis primeros versos, a los cuatro o cinco años de edad.

No me voy a poner a chapurrear esos pareados que, hoy día, serían considerados arte postmoderno. Existen muchas obras que tienen ese carácter nihilista y simple que pueden crear trasversalidad, que pueden generar..., satisfacción. Lo cual es una nueva moda en los vídeos de Youtube. Se trata de esas obras que no tienen ese regodeo del que hablo, que se quedan en la sustancia del mensaje, expuesta de manera desnuda.

Hay que verlo, pero en su momento
Todas las obras tienen un lienzo y, sacado de ese lienzo, tiene el riesgo de envejecer, estropearse. O puede que se mantenga en el recuerdo el hecho mismo de que esa obra cautivó y cauterizó una herida cultural que teníamos..., entonces se sigue repitiendo en nuestra mente. Como si el envejecimiento de la idea formara parte de la lectura de la obra.

Efectivamente, todo lienzo merece un mural, una galería. Se trata del contexto donde la obra será entendida. En ese contexto el mensaje llega y es aprovechado por las personas que necesitaban ver algo así. Yo mismo he estado constituyendo este mismo egregor como un valor necesario dentro de cierta clase de sistemas de información..., pero aún está la cosa muy verde como para desarrollar lo que pretendo.

El asunto es que de pequeño ya me percaté de que las obras merecen un cuerpo, un regodeo. No se pueden dejar desnudas a la espera de que las personas la aprovechen. De ahí podría citar, a mis trece años, mi primer soneto oficial: soneto a la mujer. Que era una oda, según los cánones actuales, feminista. No se trataba de una pieza de amor, sino de una llamada a la pregunta: ¿dónde estaban las mujeres en el mundo del arte y la ciencia? Esa pregunta la acabaría por responder hace unos pocos años, de manera seria..., pero eso es otro cantar.

El regodeo, la lectura cautelar, es lo que hace que la afirmación, ya sea científica o literaria, pueda aguantar los embistes. Pueda sostenerse y no perecer. Es como la coraza del virus, esa que no solo pincha, sino que además protege el ARN del virus. Ese regodeo es necesario para encandilar y crear un grupo de seguidores que quieran aceptar tu obra.

Un poco de regodeo
Para aprender a darle regodeo a las obras literarias antes hay que practicar la poesía. Porque el regodeo de la narrativa es la función poética. Sin embargo, para aprender a darle regodeo a la poesía antes hay que probar a escribir en verso libre, para no olvidar que lo que importa es el sentimiento. Poco a poco, el ritmo, la prosodia, la estructura del verso, su métrica..., puede venir después. Una poesía debe adquirir forma a partir de lo que se quiera decir.

Sin ir más lejos, no es difícil crear canciones con un mensaje, y mucho regodeo ¿Quieres ser una estrella del rock? ¡Aquí te doy los ejercicios clave! Coge una pizarra y en ella apunta las palabras que quieres que aparezca en tu canción y las palabras que, sin aparecer, sean mencionadas implícitamente. Para ello a las segundas ponlas entre paréntesis, o subraya las primeras. En este juego, que sirve también con el mundo audiovisual, se trata de entender qué es tabú en la sociedad, qué quieres transmitir..., qué genera buen rollo. Y si puedes crear una canción con eso, entonces la canción molará.

El concepto de arte al final depende de en dónde está ese regodeo, esa estructuración general que permita defender la obra. Un cantante no es nada sin su representante, un director no es nada sin su productor, en la novela Luces y Espectros los adolescentes no eran nada sin los adultos..., y es que un artista no es nada sin su mecenas, el cual hasta ahora siempre solía ser un varón blanco; por lo que el artista cabía esperar que también tuviera que pasar por ese filtro.

¿Qué nos habremos perdido?

Pero no pienso regodearme sobre este concepto. No pienso insistir demasiado sobre lo que se llama el coste de oportunidad: lo que nos ha costado no invertir de la manera más correcta. Cuando de pequeño estuve buscando fórmulas gramaticales, adopté el barroquismo..., me encantaba. Pero también me exponía por ello: me criticarían de mil formas por escribir tan raro. Puede que incluso me llamaran pedante por ello. Y quizá la escritura barroca no llegara a ser lo que necesitaba, por eso seguí madurando mis historias, hasta el punto de escribir rarezas, algunas muy expuestas y otras ocultas. Como ejemplo, esta novela nos depara como sorpresa que los personajes tienen nombre, pero no apellido. Pero eso a partir de cierta fecha..., se trata de una novela futurista ¿Impensable?

El regodeo en las ciencias es el carácter tecnológico, el conocer la historia de la ciencia, qué piensan tus alter ego, el reconocer todo lo que se ha estado haciendo al respecto. Poner la obra en un contexto. Desguazarla y explicar sus porqués. Convertir al narrador en un integrante dentro de la historia, encontrar el lugar del autor dentro de la propia historia de la ciencia.

Entonces es como ligar: te ganas a la mejor amiga de la que te gusta, buscas la oficialidad de parecer que sois novios al incluir ciertas palabras en el lenguaje, al hablar con los amigos, al compartir espacios y que todos lo acepten de manera normal..., ligar es fácil, se trata de unos juegos que se pueden simular mediante un autómata libre de contexto: no exige equívocos ni complicaciones.
1. Vas a por la chica. 
2. Consolidas la apariencia de ser novios, y te regodeas
3. Si la chica te sigue el juego salta al 2 
4. Si la chica reacciona con brusquedad iniciar proceso de ignorarla y se espera a que sea ella la que inicie el paso 1.
El mecanismo de cortejo es muy simple y lo tienen todos los mamíferos. No es exclusivo del ser humano. La manera de regodearse, de consolidar la relación..., la literatura nos ha dado un arquetipo que ha ido mejorando: a medida que nos hacíamos más civilizados entendíamos la idea de enamorarse de una manera más elitista y compleja, puede que incluso machista, pero eso es algo que nosotros, como gente civilizada, debemos elegir cómo ser. Nosotros debemos construir nuestro futuro como nos veamos identificados.

A medida que pasaban los años, al final he encontrado mi nicho literario, pero no mi mecenas. Aún la sociedad no ha querido aceptar mi obra, así que sigo exponiéndola..., pero el regodeo, la consolidación, la propia consagración y reconocimiento de tecnologías, evaluación futura, etc..., eso existe en la novela. Si no, no tendría unas seiscientas páginas, no estaría dividida en macrosecciones, en cuatro libros, los personajes no tendrían su propia visión del mundo, no habría tantas agendas...


Pero poco a poco me pasará como le pasó al protagonista de Aviones, aunque sea en la recta final, habrá que meter historia tecnológica, no conformarse con resolver lo que nadie ha podido, sino que además hay que añadir el encanto de colocarme dentro del sistema. La misantropía es para los que ya tienen los premios, no para los que van directos al arrollo.

En cualquier caso, hoy no lo haré..., mejor mañana.




Quiero vuestros comentarios
da igual si suenan estúpidos
no pienso juzgaros...
en público












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