miércoles, 28 de septiembre de 2016

La dignidad del santo oficio de la prostitución

Hay personas que actúan 
por pura vocación
"Mamá, de mayor quiero ser víctima de la prostitución"
¿Difícil de ver algo así?
Algunas quieren hacerlo más fácil



A hilo de este artículo tan Kafkiano o al más puro estilo de Berlanga (no por quien escribe el artículo, sino por las indignadas, según el caso), podemos recordar lo importante que es el lenguaje, que lo es, que puede ser motivo de discusión acalorada hasta el punto de pensar (muy acertadamente) que el uso de un término u otro puede llevarnos a un futuro diferente.

Lo que dice la noticia, básicamente, es que cierta asociación de gustosas de ofrecer su cuerpo para el deleite de quien quiera pagar por él, no quieren ser llamadas víctimas de cierta situación. Ciertamente consideran su status quo bastante negativo, su capacidad para reclamar derechos laborales muy mermado pero, si encima, ni siquiera se les trata como trabajadoras, propiamente dicho, ¿de qué derechos sociales podrían entonces disfrutar?

Cójase a una actriz deseosa de dar su propia compañia. Se presta en tal o cual película para hacer una u otra cosa. Pero eso sí, se le paga por su cometido. Ha puesto su cuerpo al servicio de un mensaje..., me pregunto cuál es el mensaje de la pornografía o la prostitución. 

Parece que, según qué políticos, consideran que la pornografía no es un herbidero de trata de blancas, que quizá de su regulación sólo podría conseguirse un aumento de los derechos laborales de estas sanas profesionales. Pero claro, cuando un niño dice que de mayor será psicólogo, actor o relaciones públicas..., ¿realmente tenía en mente acabar de esa otra forma?

Así que si la alcaldesa Carmena intenta ayudar a acercar el lenguaje a una realidad de la que nos sintamos orgullosos, siempre debería de quedarnos la duda sobre cuál es el lenguaje que nos gustaría escuchar por la calle.

a) Esa mujer de ahí es una víctima de la prostitución.
b) Esa mujer de ahí es una puta.
c) Allí no hay nada.

a) Yo creo que ése es un prostituidor.
b) Yo creo que ése es su cliente.
c) Está muy oscuro.

a) Esa actriz porno parece que la están violando.
b) Esa actriz se mueve que no veas.
c) Nunca he visto nada de eso.

a) Se están aprovechando de ella porque lo que hace le deja sóla e indefensa.
b) Le han pagado de menos, debería formar un colectivo.
c) No sé de qué estás hablando.

a) El sexo es algo íntimo y que no nos puede dejar indiferentes.
b) Nuestro cuerpo es una cosa y yo soy otra. No mezcles imbécil.
c) No me preguntes sobre eso.

Y así podríamos seguir...

Yo le preguntaría a los que defienden un mundo tipo b) si tienen pensado ir a institutos y universidades para fomentar ese tipo de actividades, qué legitimidad vocacional tiene fomentar ese tipo de consumo, cuándo es suficiente o si no existen límites, si el endurecimiento no les desautoriza a entrar en estos debates, si creen que deberían de incluir la asignatura de la prostitución dentro del ejército para que los soldados estén mucho más preparados, etc..., ¿hasta dónde piensan mantener esa farsa?






Suficiente hasta aquí
quiero vuestros comentarios
no dejéis sentar ningún dogma



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