viernes, 5 de agosto de 2016

La paz de los cobardes

En ocasiones las personas actúan 
con un extraño paternalismo que nadie ha pedido
la doctrina de quien tiene lo mejor para todos
frente al adoctrinamiento infantil 
nos lleva a la siguiente película

El honor según las Cuatro Plumas
En esta segunda entrega del análisis de la palabra honor podremos observar que, para empezar, la idea ocupa exactamente el mismo lugar que en la película Barry Lyndon y, sin embargo la manera de interpretarlo es completamente antagonista.

En esta segunda película, observamos cómo el padre del protagonista conserva ideas de lo que es el honor bastante parejo con lo visto en la entrada anterior. No olvidemos que esa manera de afrontarlo funciona al margen de la ley aceptada por la sociedad, pero se convierte en un mecanismo para suplir la necesidad de satisfacerse. La satisfacción, en sí, es una sed de venganza, vendetta, de ver cómo el que ha provocado la deshonra se humilla a tu misma altura.

En esta historia el protagonista, tal como es contada, se enfrenta a sus amigos para poder evitar ir a una guerra que, en el fondo, no era más que una estúpida confrontación para gloria del imperio británico.


En esta situación, la cobardía sirve de inspiración para actuar de manera pacifista, pero también provoca el insulto. Ante el insulto el protagonista tiene que afrontar que, efectivamente, tenían razón y, por tanto, se merecía el recibir las plumas de la cobardía. Sin embargo, es desde ese punto donde empieza la verdadera película, porque no se siente satisfecho y decide, para compensar, el correr los peligros que sean oportunos hasta conseguir devolverles las plumas.

Lo que se quema en la chimenea sólo se recupera con sacrificio.
Esta nueva idea de honor pretende defender los Principios antibelicistas, o en favor de la amistad, por encima de las rencillas de la imagen o la apariencia. Aunque el protagonista acabó portando un arma y matando soldados enemigos del imperio, nunca dejó de ser coherente a la hora de defender a los suyos por encima de todas las cosas. Y esto es algo que veo que obliga a definir el honor para el director J. Sharp como un acto de madurez para reafirmar los Principios.

Antes con un ciego que con un inmaduro
La voluntad, el autodominio, la templanza..., cuando el alma confronta las amistades, el honor y la lucha por la imagen que dejan los Principios se convierte en el alimento necesario para provocar mella en la sociedad. Si no queremos que la sociedad se quede huérfana de principios, debemos defender la imagen de la Idea que tenemos de ellos. Esa definición tan diferente también se acopla a la idea de honor; lo cual, no tiene nada que ver con ir matando gente o llevar a cabo duelos al sol.

En esta película, la mujer parece que también está a la espera de encontrar a un caballero formal, que dé la cara. Se inspira en hombres con un uniforme, como también hemos visto en otras historias de éxito.

¿Y qué tiene que ver esto con el marketing y su ética?

Remake de Final Fantasy ¿Peleona o Facilona?
Los Principios que debería de perseguir el capitalismo debería de estar orientado a la confrontación entre iguales, no a favorecer a los más fuertes. Debería de inspirar en los individuos la pelea templada, y no la disidencia controlada. 

Cuando se amuermen todos los instintos, 
y nuestra sociedad pierda sus dientes, 
los bordes, viciosos e incompetentes
ocuparán puestos muy variopintos.

Entonces ya le enseñarás a tu hija
a mostrar su pezón entre los listos
y a tus niños quemarás entre mixtos
Cosas memorizadas de una pija. 

¡Qué bonitos los días de futuro!
y cómo los niños aprenderán
a dar cada vez la cara ante el muro.

- ¿Niña, has aprendido la lección?
- Sobre qué hacer: ellos me abrirán
de piernas y yo lloraré un montón


Espero que os haya gustado la idea que tengo sobre el valor del honor, aunque aún quedan dos asaltos y, éstos, tienen definiciones muy diferentes de esa palabra.





Suficiente hasta aquí
mañana más
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