martes, 5 de abril de 2016

El mundo está lleno de prejuicios. Somos una máquina poco fiable

Cabezones sin remedio,
sabiondos hediondos
necesitamos tener la sensación de que tenemos razón
de que el mundo seguirá girando y girando
que todo se mantiene tal como es


Tener la sensación de que mañana el sol volverá a aparecer por el este, que no será azul, que lloverá desde el cielo, que los niños tendrán una voz más aguda que la de los adultos..., el mundo es tal como es, y es así como pretendemos que siga siéndolo. Se rige por una estética. En la novela Luces y Espectros intento romper la estética del mundo, pero para preservar su esencia.

Lo vemos en las películas de acción: el bueno debe tenerlo todo bajo control, como macho alfa. Cuando las protagonistas son femeninas el principio se debe mantener igualmente, aunque a la sociedad le costó aceptar a la mujer como un líder cardinal. Hay que decir que las películas más taquilleras donde el protagonista es un héroe o heroína de acción atraen más al público masculino.
Nos falsean los datos para que creamos que todo marcha bien
El mundo no es como nos lo venden. Pero la sociedad, si bien quiere civilizarse, debe sostenerse en una mitología, en un mundo. Y ese mundo está lleno de axiomas, convenios, criterios, dogmas..., el que sabe lo que es la filosofía científica puede dormir todas las noches, pero quien se piensa que una teoría es cierta sólo porque ésta ha sido defendida por cientos de personas, entonces ha sido víctima del engullir del mundo y su aborregamiento institucional. 

Buenos y malos, lo que nos enseñan en este mundo.

¿Quién es nadie para pensar que su forma de ver las cosas es la más correcta? Si existiera un mecanismo objetivo que nos permitiera ser completamente escépticos, estaría programado en un ordenador y serviría de base para fijar el criterio de demarcación: el criterio que establezca qué es válido y qué no lo es.

La única verdad, que existe al respecto de hecho, es que está demostrado la imposibilidad de hablar en un lenguaje científico de manera que pueda ser coherente y completo a la vez ¿Pretendes aseverar con total plenitud cualquier afirmación? Pues no pretendas ser capaz de explicarla dentro de tu mundo, de tu lenguaje, de tu lógica, de tus axiomas...


Pretendemos adentrarnos en el mundo de Anubis, y para ello hay que recorrer el camino del héroe. Del líder cardinal que aparece en todas las películas de acción. Queremos que se extienda la escalera de Jacob ante nosotros y que nos reconozcan la oportunidad de juzgar nuestra coherencia en el lenguaje del mundo que hemos estado defendiendo toda nuestra vida, sin saberlo.

Cuando vemos al héroe arrancarle la cabeza a ese bicharraco, o cuando al final el villano es vencido y necesitamos verle destrozado..., esa sensación de venganza que no es natural en el ser humano, esa sensación de pretender destruir lo que no es reparable, reciclable..., todo eso forma parte del deseo de que, al cabo de la media hora, el capítulo de la serie de TV vuelva a dejar las cosas tal como estaban, que aquello que rompía el equilibrio se quede definitivamente fuera de este mundo y que no vuelva a enturbiar nuestra realidad. Es el deseo de que podamos tener una estructura donde las cosas existen no porque sean eficaces sino porque son eficientes.
Miedos absurdos que no llevan a ningún lado. No es que sean de derechas, es que son necios.
La eficacia es la cualidad que adquiere aquello que es capaz de emprender una empresa para poder terminarla con éxito. Mientras que la eficiencia es la cualidad que adquiere aquello que es capaz de alcanzar sus objetivos haciendo un buen uso de los recursos.

En los estándares informáticos han sido muchas las definiciones de eficacia y eficiencia, yo difiero de mis colegas en cuanto a la eficiencia: para mi los torpes también pueden ser eficientes. Un ejemplo de eficiencia es una familia de homínidos, para poder sobrevivir tienen que cruzar un río, así que tienen que confiar que el mundo seguirá siendo tal como es, que todo marchará bien, que todo va a salir bien, de ahí se cruza el río, aparece un cocodrilo y despedaza al padre de familia..., pero el resto de la familia se salva. Esta medida no ha sido nada eficaz, en principio, pero si el objeto era hacer que la especie sobreviviera la eficiencia a corto plazo genera eficacia a largo plazo.

Las primeras víctimas del engullimiento del mundo son los relativistas morales.
Muchos se pensarán que un mundo donde unos señores consigan sus objetivos en vida, para luego morir en la abundancia les da la razón. Pero en la novela Luces y Espectros la muerte no es el final, e incluso más allá de la muerte siempre sería posible ver cómo queda una traza del error de ese relativismo moral que permitiría hacer mella en un plan absurdamente antimaquiavélico.

Porque sí, existen los planes que yo llamaría antimaquiavélicos, aquellos que son llevados con un afán de amor por la destrucción, de amor por la victoria cortoplacista o de la transformación banal de una victoria futil para volverla a tu favor... Decía un tonto: "La historia nos dará la razón". Como se ve, no valen todos para añadir a la filosofía de la ciencia, el conocimiento, la ontología..., no vale cualquiera, Anubis no lo permitiría..., como ya comenté en otra entrada.


Quizá no exista eso que llamen karma, poco importa, porque lo que sí existe es el criterio que sí tenía Maquiavelo para hacer las cosas. El mundo de Maquiavelo era un mundo democrático, donde se buscaba la manera de que los distintos agentes pudieran participar de dicho mundo..., todo acto que justificara la llegada de lo que él llamaba la República podría ser considerado como un acto noble por parte del sujeto al que él llamaba el Príncipe.

¡Que alguien me explique porqué los italianos tienen fama de ligones!
¿Y qué era el Principe? ¿Qué la República? Traducido a mi jerga, el Príncipe era el héroe que debía hacer posible el mundo que deseaba Maquiavelo, que era la República. Para mí, con mi jerga, todo encaja y es fácil de entender..., la cosa es: ¿por qué le cuesta tanto a tanta gente? La lógica que quería que todos tuvieran debía ser el lenguaje de lo que, en España, llamamos el proceso constituyente: esa capacidad que hace que un pueblo no necesite de líderes que les sometan, esa capacidad de autonomía tan fundamental como para conseguir que, simplemente, tengan capacidad para decidir por sí mismos. 

Ha tenido otros tantos nombres, colocados en envoltorios apropiados como para que el ciudadano se revolucione y no acepte las falsedades de este mundo: lo que nos somete y nos empudrece en un estado melancólicamente bochornoso. Como en la novela Luces y Espectros le pasaba a los Wendigos.

¡Álzate y andarás herguido!
Efectivamente, en Luces y Espectros hay un momento para la Revolución, para el cambio. Es una incitación alegórica para que el alma aprenda a confeccionar lo que le es propio, para determinar qué es lo que debe ser tanto en el mundo físico como en el mundo astral. Por eso estas invitaciones a la reflexión exige la comprensión de qué es lo que somos para reconocer lo que no es admisible en Nosotros.

No te queremos aquí los europeos, recoge tus cosas y vuelve donde no hay donde ir.
Y poco a poco iremos comprendiendo qué significa ser un héroe, un líder cardinal. Qué significa luchar por lo que somos. Podremos comprender qué tipo de lucha llevaba a cabo todos aquellos que hemos querido tildar de héroes..., porque sí, se trata de un recurso literario: que el héroe lo tenga todo bajo control, como si fuera nuestro padre y, al mismo tiempo, el más torturado..., que todas sus decisiones sean misericordes o piadosas, pero duro e inflexible a la hora de adoptar decisiones, para proteger al débil, para darle el mundo que promete..., ¿os suena todo esto? Efectivamente, todos los héroes de acción que quieran vender tienen que ofrecerlo.

Hay quien defiende lo que todos queremos pero no es escuchada.
En la novela Luces y Espectros la mujer ocupa una posición cardinal, pero no puede ocupar el lugar de los personajes masculinos. Busqué la manera de complementar todas esas historias para que se pudiera comprender la existencia de una transformación, de una forma de salir de la caverna del patriarcado para intentar convertirnos en algo más amplio. Más propio de todos nosotros.




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