miércoles, 18 de noviembre de 2015

Lucidez, Reminiscencia y mi puto egoísmo.

Recuerdo la vez que una chica
se quejó de lo difícil que era
de usar una librería que aún no había implementado
Se convirtió en la conversación más 
weird, bizarre, enrarecida 
que había tenido

Los avatares de Krishna siempre fueron más lúcidos que los de Visnú
Los registros akasicos conforman toda la reminiscencia del ente que pretenda alcanzar la consciencia al máximo, su mejor despertar. Mi novela, como ópera prima, empieza siendo una advertencia para aquellos que osen adentrarse sin más por la vereda del despertar de la consciencia. Los peligros serán múltiples y acechan por todas partes cuando uno descubre el velo que lo protege en la rueda de la vida y la muerte.

No puedo evitar, a medida que voy avanzando y depurando mi tecnología, el hacer reminiscencia de todo lo que he estado haciendo. Esto es porque la Reminiscencia encaja con la Lucidez: el encajar las ideas en su correcta ubicación nos permite tener capacidad para seguir almacenando nuevos conceptos dentro de su propia lógica. Pero de eso se encargan los sueños...

Y entre sueños y bambalinas una estocada cerca de casa, para recordar que tenemos un tema pendiente...

Desde el tío al que no vimos nunca hasta el más cercano, todos son familia
Recordé una tecnología cuando estaba en el instituto. Y recuerdo aquel viejo profesor..., me da por recordar aquel con el que discutíamos un código deontológico en informática: el modelo cliente servidor. Se trataba de un principio empático a través del cual todos estamos conectados, para globalizar toda la información.


Decía mi profesor de matemáticas que estaba interesado en cómo organizaba mis apuntes de matemáticas. A partir de ahí nació una notación, una manera de escribir las cosas. Si bien el punto de partida pudo ser el procesador de textos Works, en realidad era necesario reinventar conceptos.

Mi idea de tecnología siempre venía ligada con la idea que tengo de calidad, que es la total. Es por ello que no sólo había una manera de apuntar, sino también una disciplina, un comportamiento. De ahí la insitencia de Benito en automatizar la manera de hacer los apuntes y, una vez automatizado, volver a automatizar la automatización y, una vez automatizado, volverlo a automatizar. Entonces, cuando parece que no podía hacerse más dinámico, surge lo que yo llamé la recarga de la página: donde la propia página se llamaba así misma y propuse una implementación trivial para ello. 

Lo reconoceréis por cómo se mueve
Recuerdo años después un periodista que dio conmigo y me preguntó por el padre del modelo cliente servidor. Es cierto que todas mis aportaciones tenían un requisito fundamental: que pudiera valerme de esas aportaciones en el futuro, a la hora de buscar trabajo, para poder dedicarme a lo que me gusta. Sin embargo la realidad es la que pude contemplar: ante ese periodista no me vi con fuerzas como para reclamar haber mencionado requisitos de usuario, formatos de trama, filosofías... Nunca he podido reclamar por aquello para lo que me gustaría dedicar.

En otros sitios les pasó lo mismo, y les cerramos la boca
Creemos que lo que nos pasa es muy cruel, y la verdad es que no me han reconocido cosas por las que sí me habría gustado un reconocimiento: si soy informático me gustaría que me reconocieran mis aportaciones a la Comunidad Informática. Pero también es cierto que en Iraq había grandes investigadores informáticos, grandes revolucionarios...

La operación Venganza Infinita acabó con ilusiones de muchas personas, ¿qué harán desde entonces?
Y por eso, volviendo atrás en el tiempo recuerdo que tuve una fórmula por cual se despertaba uno del sueño de tal manera que se saliera de la cama y volara para intentar salir por la ventana..., pero siempre aparecía en un plano imaginado completamente diferente. Obviamente, me basé en esas experiencias para escribir los detalles más complejos de la novela.

Y volviendo atrás en el tiempo recuerdo cómo un amigo me comentaría en un futuro sobre el viejo Benito, profesor de matemáticas, "¡Cómo!", pensaba yo "¿es que no se ha jubilado ya?" Hay gente que busca no hacerlo, tampoco se lo reconocerán. Ha pasado ya un tiempo, recuerdo la última vez que lo vi, de casualidad, en una manifestación por Palestina... Nos cruzamos las miradas, y ambos pensamos exactamente lo mismo: "¿se acordará de mí?" ¡Qué cobardes! Eso pasa por no hacer caso a los pálpitos, a las casualidades, al azar..., y a la segunda oportunidad que tuvimos al cruzarnos por la calle "¿sería capaz de reconocerme sin pelo?", pensamos los dos..., y seguimos andando, como perfectos desconocidos.

Sólo hay algo más duro que el miedo a hacer el ridículo: el pasaporte de un árabe.
Y allá quedaron nuestros proyectos en manos de otros. Y ahora tengo entre manos esto de aquí..., junto con el recuerdo de un sueño en el que me aparecía en el futuro en mi antiguo instituto mientras un profesor de informática daba unas clases de algo que parecía muy mío..., y me invocaba diciendo que ahí tenía que estar yo para explicar ciertos detalles. También de ese recuerdo sale una chica de esa aula que acabó por mirarme a mí, por chillar, para así atraparme todos los de la clase con sus ojos penetrantes y desperté..., son sueños de novelista, sin lugar a dudas, espero que también de inventor de máquinas virtuales.

Acabar con el corporativismo significa hacer desaparecer las barreras y aprender a globalizar
Cuando crees que no proteger lo propio equivale a dárselo a los que más tienen, entonces el sistema que defiendes es una completa estupidez. Por un mundo donde todo sea de todos.






Hasta aquí ya es suficiente,
quiero vuestros comentarios




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