martes, 8 de septiembre de 2015

La ley de Nelson. Cinismo y violencia doméstica.

Se me ha ocurrido buscar en Internet a ver si existía esta ley, porque tenía ganas de inventarme una ley nueva. Y me encuentro esta imagen.


Me va a perdonar el autor de esa imagen, porque quería rebautizar la ley de Nelson de otra manera. Para mí la ley de Nelson no es una extensión a la ley de Murphy: el que se ríe de algo acabará de esa manera. Quisiera fijarme en Nelson de la serie de los Simpsons en otra cosa que me parece más relevante: este chico siempre va con chaleco.

La ley de Nelson que me acabo de inventar para los objetivos de explicar un concepto de mi libro y sacar a relucir un aspecto muy importante de nuestra sociedad es: en ocasiones nos conformamos con cubrirnos el pecho porque no nos da frío los brazos. Es un concepto muy importante y que, a mi juicio ha marcado la razón del mayor número de muertes que ha sufrido la raza humana.

¿Qué tendrá que ver Sodoma y Gomorra con esta entrada?






















La ley de Nelson, lo que en realidad nos dice es que aunque la ropa más adecuada no sea un chaleco, Nelson, por ser un dibujo animado, siempre llevará la misma ropa. Ahora bien, en realidad la razón es otra: el propio Nelson no puede deshacerse de ese chaleco, porque adquirir otro nuevo le es más costoso que tener que asumir el clima que deba soportar. 

Debemos comprender que el marketing se fundamenta en esa ley de Nelson: deben conseguir convencer a la gente que debe comprar sus productos, deben superar al Nelson que no quiere consumir. Las campañas de publicidad deben atrapar a ese sujeto reconvirtíendolo en un aliado.


También ocurre en el mundo laboral: la ley de Nelson es beneficiosa para que la gente trabaje y no piense. Para que no se quiera cambiar de estado. Confórmate con esta chaqueta, no te muevas; no creas que vas a conseguir encontrar otra ¿Hace frío en los brazos? Te cubro el pecho, alégrate por ello.



La ley de Nelson es lo que nos vuelve conservadores: en unos aspectos nos toca sufrir, y en otros aspectos nos sentimos arropados. Y entonces se piensa que eso es ley de vida. Pero se nos olvida una cosa: esa manera de pensar en realidad es lo que significa ser cínico y genera una violencia estructural.

En un capítulo de mi libro menciono la existencia de un reino dentro de un juego de ordenador, donde algunas criaturas creen que deben ser sometidas al mandato de otras. Como es un juego de ordenador, todo es simulado, sin embargo existe conexiones con un mundo lo suficientemente diverso como para sospechar que hay algo de vida detrás de esos ceros y unos...

Recuerdo con tristeza el episodio que tuve que sufrir en la universidad: cuando un profesor se me acercó y me reclamó que cuando me agredieran físicamente sus compañeros los profesores, que no gritara, porque la facultad de informática era un lugar de trabajo. Esa idea cínica de lo que entiende por trabajar es justo lo que podemos entender que conlleva a una violencia doméstica, laboral o estructural... Es decir, se acepta la violencia como algo que va a volver a suceder y se espera de la víctima que sea ella la que coopere en no ser una auténtica molestia.


El cinismo y la ley de Nelson supone el abandono del cambio que proponía Nietzsche a través de la transformación del ser humano en león. La ley de Nelson prefiere volver a como se estaba antes, y el cinismo da motivos para dar la vuelta.

Esto quiere decir, a modo de ejemplo, que cuando el machista no es cínico, pues su pensamiento es inercial; en realidad se hace cómplice de los pensamientos cínicos de un misógino. Por tanto, el que irrumpe con la regla general sobrepasa la complicidad para ser un miembro activo de los deseos de ir hacia atrás y contaminar las cosas porque le gusta ir con su chaqueta y no quiere cambiarla por nada.


En mi libro veremos a niños del futuro visitando un mundo feudal para ocupar los roles que consideren oportuno. Entonces se enfrentarán contra pensamientos de sometimiento, de aceptación, ante una sociedad que es completamente opuesta - que incluso afecta a distintas especies que están involucradas en el mundo de la magia. No me gusta presentar cosas baladíes. Por ello al final la mejor manera de comprobar si somos o no cómplices de una sociedad estructurada en una violencia continuada, lo mejor es mirarlos desde fuera: como si fuera un simulador. 


Lo que a mí se me ocurre llamar ley de Nelson en realidad es como la ley del sofá, de la horizontalidad, del hoy no - mañana, etc..., pero también es una ley positiva, porque reinventada podría usarse para prevenirse del hiperconsumismo o incluso del conformismo uniformado...

Esta fotografía nos muestra cómo un hombre puede dejar con el culo al aire a una brigada entera.

La ley de Nelson significa que no es cierto que todos lo necesitemos todo, que no nos den la tabarra con cosas que no son tan importantes. Pero hay que prevenirse con las feminazis, por ejemplo, pues todas y cada una de ellas hoy día se acoplan a la ley de Nelson: mientras puedan acomodarse sus pechos, que les den a la igualdad del resto de los hombres. Las feminazis que, con todo su cinismo, intentan contaminar a la sociedad haciéndose llamar feministas, se rigen por la ley de Nelson: les importa una auténtica mierda los Derechos Humanos de los hombres, literalmente. 

Es el mismo principio que se está dando contra los judíos y el creciente antisemitismo que está apareciendo hoy día. Porque existe un principio en psicología que es la base de la ley de Nelson: la sugestión. Porque si no hubiera sugestión no existiría una filosofía discriminatoria. 

El misógino que irrumpe para crear machismo necesita estar sugestionado con la conspiración del sexo opuesto. De la misma manera, el profesor que me reclamó que cuando fuera agredido no rompiera el ambiente de trabajo, necesitaba ser sugestionado con la idea de que lo único que rompe el ambiente de trabajo es el ruido de la víctima que es agredida. Asímismo, la feminazi que insiste en que todos los hombres son peligrosos, necesita haberse contruido esa idea exclusivamente mediante la sugestión.

Idea de sugestión: "Vienen a quitarnos el trabajo, ¿y eso quién lo paga?"
Voy a ser más gráfico con la sugestión y la alimentación de la ley de Nelson en los retrógrados: Cada vez que un hombre se enriquece a costa de los demás acaba en el punto de mira, pero algunos, además, si es judío, lo asocian a sus genes.

¿Hace falta ver qué es lo que se montó en la Segunda Guerra Mundial? ¿Y los procesos de pacificación en Palestina? Ahora voy a decir algo aparentemente contradictorio: ¿no es cierto que el sionismo nace de fomentar unos valores vacíos que entran en contradicción con la vida de los semitas? Al final estos conflictos es un cúmulo de gente que odia a gente..., y de eso también va mi obra - aunque lo enfoco en el enfrentamiento existente entre los colonizadores extraterrestres y los antiguos terrestres. Sin contar con otros tres grandes grupos que también entran en conflicto.

Pero claro, como es una historia de amor, al final el amor siempre triunfa: ya sea en tragedia o con final feliz, pero siempre triunfa.


En definitiva, la ley de Nelson nos dice que hay personas que se conforman con ahorrar y tener para sí, se vuelven egoístas con las pocas acciones que llevan a cabo, no pretenden vestirse de una ética completa porque se quejan de que no les afecta, de que no es importante para ellos..., es como el tonto que esconde un tesoro en un lugar oculto, en vez de invertir, gastarlo en un valor a largo plazo aun a riesgo de perderlo..., dirá que lo hace porque piensa en su jubilación: eso es como decir que vive en la más absoluta soledad y que la sociedad es imposible que sepa gestionar el dinero.

Cuando un niño nace en el vientre de una madre que tiene hambre, el niño crece con tendencia a la gordura. Es ley de vida: la vida reserva ante la escasez, lo que no podemos hacer es ser víctimas de la sugestión.



Ser solidario puede significar reconocer al que tienes al lado y cuál es tu papel en el conflicto, cuando uno se queda en el sofá empieza a ser egoísta, vago..., pero el carácter retrógrado es por parte del que llena de negatividad cualquier acto que busca aplicar la ética, o la ley, para buscar la manera de aplicar los Derechos más fundamentales para todos, aunque nos cueste, aunque sea un reto..., o simplemente porque es un reto hacerlo. 

La ley de Nelson nos advierte que los hay que contaminan y se las dan de buenas personas.

Se trata de reconocernos como lo que somos y pretendemos que sean los nuestros y no como lo que jamás admitiríamos que es en lo que nos hemos convertido.




Ya vale hasta aquí, no olvidéis comentar.




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